Catral acoge la primera proyección de cortometrajes a competición

Adán Pagán

Los cortometrajes se han proyectado en el Cineclub Catral, y han contado con una buena acogida del público. Demos un breve paseo por las 11 propuestas.

Evil Dinner, de Jöse Murzia (España)

La propuesta de Murzia, quien además ha asistido a presentar el corto, es un guiño al cine fantástico de serie B de los ochenta y noventa y cuenta con la música de Buio Mondo, la edición de César Monzón y el trabajo del actor Fernando Navarro. Un joven se relaja en su casa en una noche de viernes, cuando recibe un envío que parece ser una caja de pizza, pero que termina siendo mucho más. Lo macarro se mezcla con criaturas espeluznantes y mucha, mucha sangre.

Midnight Snack, de Andrew Edison y Sharad Kant Patel (Estados Unidos)

Esta comedia oscura sigue a un hombre con insomnio que se levanta en medio de la noche para prepararse un tentempié. Lo que comienza como una simple rutina se convierte en una serie de eventos inesperados y absurdos. A través de ingeniosos diálogos, las situaciones surrealistas se unen a una atmósfera inquietante.

La valla, de Sam Ortí (España)

El cortometraje de animación combina humor negro y crítica social en un contexto de desigualdad extrema, donde dos personajes enfrentan el reto de superar una valla que los separa de un lugar aparentemente mejor. Ortí apela a situaciones grotescas para poner en relieve temas como la desesperación, el egoísmo y las barreras, tanto físicas como metafóricas.

Puedes tú solito, de Silvia Pradas (España)

Pradas apuesta por un corto que se centra en la masculinidad tóxica desde una perspectiva innovadora: un niño se enfrenta a su primera gran experiencia en un baño público. Sus miedos se materializan en forma de dos monstruos y tendrá que hacerles frente si quiere salir ileso de la situación.

Lês Bêtes, de Michael Granberry (Estados Unidos)

Esta animación oscura en stop-motion nos lleva a un misterioso conejo que utiliza un juego de llaves mágicas para convocar criaturas extrañas y entretener a un rey malvado y a su decadente corte. El director encuentra la inspiración en las obras de Ladislas Starevich y nos trae esta propuesta de bajo presupuesto y materiales reciclados.

Latex Kid, de Fran Gas (Alicante)

El cortometraje de Gas nos acerca a una estrella de rock con piel de látex que lucha por sobrevivir en una sociedad decadente. La propuesta nos invita a reflexionar sobre la búsqueda de la identidad personal y una sociedad que trata a las personas como productos. El director ha incluido el uso de IA para generar imágenes desde cero, por lo que se trata de un corto muy innovador.

El rey de Enoc, de José Luis Pineda (España)

La historia se centra en la confrontación entre un joven y su madre cuando el hermano del joven no vuelve a casa. Pineda revisita la historia bíblica de Caín y Abel, pero trasladándola a un contexto contemporáneo, donde cobran protagonismo las complejidades de la fe y el amor, incluyendo su lado más oscuro y tóxico.

Ni lobos ni corderos, de José Luis Acosta (España)

El cortometraje se centra en el conflicto familiar resultante del reencuentro de dos hermanos que han estado años distanciados. En esta ocasión, deberán enfrentarse en un duelo cargado de tensión, mientras intentan resolver un engaño que destruyó su familia y provocó la muerte de su padre, que era un prestigioso maestro de ajedrez.

Lupe Q and the Galactic Corn Cake, de Javier Badillo (Canadá)

La propuesta combina acción, comedia y ciencia ficción en una narrativa divertida y aventurera. La historia sigue a Lupe, una adolescente que prefiere tocar en su banda punk rock antes que recibir lecciones de cocina de su abuela. No obstante, cuando Lupe se enfrenta a un monstruo alienígena, las enseñanzas de su abuela se convertirán en su única salvación.

HADO, de Rubi Rock (España)

La historia se centra en un hombre infiel y bien posicionado que va conduciendo de noche por una carretera mal iluminada y vacía. En un segundo, su destino sufre un desvío que pondrá en jaque su futuro. La tensión, la angustia y las sorpresas generan un impacto reflexivo que perdura tras el visionado.

Siluro, la bestia del Ebro, de Jordi Romero (España)

El cortometraje sigue a una pareja que acampa cerca del río Ebro y se ve sorprendida por la aparición de una extraña criatura. En pocas horas, la mujer queda completamente trastornada, mientras los servicios llegan al lugar. Un homenaje al cine de monstruos de serie B que combina el humor y la exageración.

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