29 Nov El proceso de posproducción en Irati
Emma Planchón
Para empezar este segundo día de la VII edición del Congreso Internacional de género fantástico, hemos disfrutado de una charla sobre la postproducción digital, el arte y la estética en el filme Irati, de Paul Urkijo Alijo.
Ha sido una manera perfecta de darnos todavía más ganas de ir a ver la película, que se proyectará el próximo sábado a las 11h en este mismo Centro de Congresos.
El Dr. Damià Jorda Bou, de la Universidad Miguel Hernández, nos propone una análisis diferente, ya que, en vez de enfocarse en lo técnico, basa su análisis en el arte. Cuando nos introduce la historia, destaca que, aunque se basa en hechos reales, son hechos de los cuales no tenemos mucha información, lo que da lugar a toda esta dimensión fantástica. Denota la importancia del folklore vasco y el hecho de que, aunque sea una película independiente, el resultado se ve inmenso, gracias a las tecnologías.
A nivel de fotografía, han tomado la decisión de sacar imágenes de la naturaleza como planos recurso, sin parar de grabar durante las buenas horas del día, lo que impulsa todo el tono que se va a ver en el resultado final, sobre todo en cuanto a la iluminación. Se inspira mucho en el Romanticismo del siglo XIX, donde se sublima la naturaleza, como se suele hacer en muchas películas de fantasía.
Nos cuenta el conferenciante un dato curioso: se utilizan, en la mayoría de ocasiones, tres paletas de colores que corresponden a diferentes grupos de personas o conceptos (una para el pueblo y los cristianos, otra para el bosque y la tercera para la cueva y lo extraterrenal) y, cuando hay interacción, por ejemplo, conflictos, se nota la yuxtaposición y el contraste.
En cuanto a la parte VFX, se dieron cuenta de que necesitaban durante meses ver y grabar el bosque para el personaje del Basajaun, porque todo tenía que basarse en este bosque, hasta los colores de las setas y hierbas que podría tener. Hay una influencia potente de diferentes departamentos de la película en la parte artística. Por ejemplo, para el cíclope, se ha tenido que pintar al traje del actor zonas verdes para generar elementos con 3D.
El diseño del personaje de Mari, que es de los más importantes, fue liderado por Nerea Torrijos. Su vestuario mide 17 metros de diámetros, se ha hecho a mano durante un mes entero y le han añadido en VFX un fuego fantástico. Para el castillo, se ha utilizado uno que existe realmente y se le ha aplicado el map painting: fusionaron las grabaciones reales con la VFX. Como es un castillo del siglo XI y la historia pasa antes, lo han envejecido y lo han justificado con el hecho de que fueron ruinas romanas que estaban reparando.
Las tormentas son mágicas y por eso las tenían dibujadas en una forma muy concreta, ya que simbolizan las dos formas de ver la naturaleza y la realidad a la que se enfrentan. Al final, Irati es una película que tiene muchos más elementos artísticos más allá de lo técnico. Acabaré con la cita que se encuentra en las diapositivas de la charla: “Detrás de cada decisión técnica, herramienta digital, flujo de trabajo u opción estética hay una intención comunicativa, conceptual y una inquietud artística y emocional”.
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