29 Nov La leyenda de FANTAELX
Adán Pagán
¿Has oído hablar del festival FANTAELX?, ¿no? Sí, es de esos donde se ponen pelis; no, no esa clase de pelis, animal.
Pues tiene una historia, ¿te la cuento? Tampoco hace falta que me respondas, en la cara se ve que quieres escucharla, y, si no, te la contaría igual.
¿Dónde he estado estos meses? No te importa, céntrate en esto. ¿Yo, desaparecido? Fíjate tú por dónde, así comenzó hará once años la leyenda, aquí en Elche, en la zona más apartada, donde solo se oye el viento entre la hierba, los mugidos de las vacas y, a veces, si escuchas atento, entre un hilillo u otro se esconden los gritos, son agudos y muy lentos, el tiempo los ha distorsionado, pero se mantiene para quien quiere escucharlo.
Once años, once jóvenes, once días. Se reunieron como parte de un club de aficionados al folk horror, vieron un maratón de once películas de ese subgénero y, con las cigarras como testigo, hicieron un ritual, una ceremonia que un hombre muy anciano les había mencionado de pasada poco antes de llegar, una broma entre amigos.
¿Por qué llevo una capucha? Hace frío. Sí, ya sé que en Elche no conocemos el frío ni la lluvia, menos la nieve. Mira, me estás cortando el rollo, si lo prefieres dejo la historia a medias. Claro, ahora quieres que siga. Me he perdido, ¿por dónde iba? Espera, ya me acuerdo.
Círculo, velas, un canto a Oograk, yo tampoco sé quién es, alguna deidad olvidada, de esas enterradas por el tiempo y la vida, incluso un muñeco: uno sencillo, hecho de unos trozos de madera, igual al del cartel de FANTAELX. Sí, ya sé que lo del cartel es de la dama de Elche estilo vudú; sí, sé que la hicieron de verdad para la foto del cartel, ¿cómo lo sabes tú? Dame ese móvil, no hagas trampas.
Y, cuando habían terminado con sus cánticos, un grupo de lugareños vestidos con batas los acribillaron, no se volvió a saber nada de ellos. De ahí viene el festival, son once días por los once jóvenes, las películas, charlas y cortos son para disfrutar lo que ellos no pudieron.
¿Son diez? Bueno, eso es porque se escapó uno. Que no, no me lo estoy inventando, ¿cómo crees si no que se sabe? El chico escapó, fue a la policía a avisar de todo, como no se lo creyeron, se fue. ¿Dónde está ahora? Desapareció.
Sí, ya sé que no todos los festivales son de folk horror; sí, y que Fran Mateu fue el que empezó el Festival y no unos chicos sin nombre. Es solo una historia, deja que te atrape. ¿Suena rara mi voz? Ya, hoy está un poco grave.
Así que por cada cuerpo encontrado escogimos algún evento, sé que se hace más de uno, pero necesito que lo ignores. Al primero lo cortaron en dos, con una motosierra en mano, así que nos vemos La matanza de Texas; al segundo lo encontraron viendo todavía una película de terror con los ojos cerrados, así que vemos una película de Shadowz; al tercero no lo encontraron, se dice que se convirtió en un fantasma, así que nos vimos Bodegón con fantasmas; al cuarto creían haberlo encontrado, pero resultó que alguien lo había sustituido en su propia familia, así que vimos Tú no eres yo; al quinto lo encontraron con su cuerpo cubierto de hongos, la naturaleza lo encontró primero, también tenía una extraña enfermedad, así que vemos Gaia y La muerte roja en su honor; al sexto lo encontraron con un collar de perro en el cuello y molido a golpes, así que vimos El instinto; al séptimo y octavo los encontraron juntos, habían discutido de miles de conceptos e incluso se habían dado trofeos, eran dos amigos con la costumbre de premiarse entre ellos, muy humildes no eran, así que damos una u otra charla (aquí se pone un enlace de la general de hoy).
¿Qué pasó con el resto? ¿Quieres saberlo? Pues vente los días que quedan a averiguarlo, si vienes el viernes a verme será como si conocieras al noveno o, mejor dicho, al décimo primero… Nos vemos pronto, amigo.
Sorry, the comment form is closed at this time.