17 Nov Bruno Martín: «No sabemos qué coño estamos haciendo, pero hagámoslo»
Héctor Antón, Zoe Montilla y Coral Maciá (fotografía)
Ayer, 16 de noviembre, se proyectó en los cines ABC de Elche, dentro de FANTAELX, la obra prima del director Bruno Martín: Luger. Al estreno le siguió un coloquio en el que participó la productora del largo, Irene Guerrero, el actor Ángel Acero y el propio Bruno Martín.
Antes del evento tuvimos la suerte de poder entrevistar a Bruno Martín, para conocer su extensa trayectoria antes de la proyección de Luger. Al mismo tiempo, nos esclarece dudas sobre la producción de la película. En la entrevista, también contamos con la intervención de Irene Guerrero y Ángel Acero.

P: Sé que es la típica pregunta, pero Luger es un estreno provincial, así que mucha gente aún no la ha visto. ¿Qué es Dr. Diablo? ¿Por qué te llamaban Dr. Diablo?
B: Ostras. ¿Por qué ha vuelto esto de mi pasado? Mi pasado me ha venido de nuevo. Nada, ¿sabéis cuando tienes 12 años y te pones un seudónimo?… ¿Por qué estamos hablando de esto? Un momento. Es una historia curiosa, fue un seudónimo que utilizaba yo para hacer cortos y primeras webseries. Y cuando empiezo a trabajar con David Sainz, después de que él termine Malviviendo, nos conocemos y empezamos a hacer todas las series juntos. Llegamos a la primera película en la que me da así un papel importante, Fogueo, y me dijo: “Te voy a meter en la portada (la portada mola mucho), pero con una condición: que te quites ese seudónimo de mierda”. Y yo creo que ese era el impulso que necesitaba, porque yo estaba diciendo: “Cuándo dejo de firmar así, porque qué pena, ¿no? Todo lo que tengo ya firmado así…”. Que, de hecho, la mitad del IMDB lo tengo al Dr. Diablo. Pero me dijo: “Tú imagínate que Benito Zambrano te quiere contratar como actor en una película. ¿Tu crees que te pillaría?” Porque imaginaos: Benito Zambrano, Ana Wagner y Dr. Diablo. No, ¿sabes? Ahí terminó ese capítulo nefasto de mi vida.
P: Ya que has mencionado que empezaste haciendo webseries, ¿cómo dirías que ha sido el cambio de las webseries al largo? Y, bueno, también a las series televisivas.
B: A ver, la serie televisiva y la webserie yo las combiné durante un tiempo porque durante unos 6 o 7 años estuve más volcado en la actuación. Entonces estuve pasando por diversas series de televisión, series diarias, culebrones… Que, por cierto, se trabaja muy bien y respetan mucho el trabajo del actor, la verdad que me hubiera quedado ahí, para toda la vida, en Acacias 38. Yo hubiera sido feliz, lo único que, como hacía de malo, las señoras de unos 60 años, que ese era mi target, me odiaban.

I: Iba a la compra y le decían cosas.
B: Sí. Yo iba a una discoteca y no me conocía ni dios. Pero voy al Dia a las tres de la tarde y lo peto. El caso es que combiné esa parte durante un tiempo. La webserie llega a su fin más o menos entre 2017 y 2018, cuando ya los creadores independientes, más humildes (que era un poco la esencia de la webserie), que teníamos esas plataformas, como YouTube, y que te daban una visibilidad sin tener muchos medio. De ahí han surgido Cálico electrónico, Malviviendo… En fin, unas series tan míticas. Pues nosotros surfeamos esas olas durante un tiempo, hasta que las plataformas empezaron a competir con nosotros. Nosotros teníamos series que estaban con un presupuesto de 400 euros, y empezabas a competir con series para Flooxer o PlayZ que a lo mejor tenían un presupuesto de 200.000 euros. Pues, claro…
I: Y 400.000.
B: Y 400.000. Había festivales que aún dividían entre series independientes y series de plataforma, pero, claro, al final fue que nos echaron y aquello reventó. La webserie perdió un poco del objetivo. Porque, claro, la gente lo que apreciaba era el poder ver el contenido de un creador gratuitamente en la red, entonces ya con la sobredemanda que hay en las redes perdió un poco del interés. Era renovarse o morir. Había hecho mucha webserie, no me apetecía hacer un corto, ya había hecho alguno. Entonces hablé con Raúl Cerezo, que era un compañero mío (director también) que conozco de hace casi 20 años. Él puso a nuestra disposición los medios para llevar a cabo ese largometraje y encontrar la productora que pudiera albergar un producto como Luger. Entonces, el paso no fue directo, pasaron como unos 5 años desde que yo dejé de hacer cosas hasta que me decidí a arrancar el proyecto. Y arrancar un proyecto es complicado, lleva tiempo. Luger, al ser una película independiente, la hemos arrancado rodeado de mis seres queridos: de mi mujer, mis amigos… Ponerlo en marcha ha sido un proceso de unos 4 años o una cosa así. Ha sido muy analógico el proceso, ¿Sabes?
P: Ahora que lo dices, tus proyectos los sueles realizar junto a amigos y personas muy cercanas. ¿Cómo dirías que es la experiencia comparada con trabajar con personas que solo conoces en el ámbito laboral?
B: Bueno, Luger es un híbrido entre las dos cosas. Luger es un equipo de unas 70 personas. Yo pude defender en los papeles las posiciones y puestos que yo quería para los amigos, seres queridos y también profesionales. Por otro lado, el resto del equipo, digamos que fue un rodaje bastante bonito. Es un thriller de acción rodado en unos 20 días, pero fuimos con los deberes muy hechos al rodaje, muy ensayado todo con el equipo. A la mayoría del equipo le encantaba el guion y sabían que estábamos haciendo una macarrada muy divertida. Entonces todo el mundo remó. Eso sí, al ser mi primera peli (y espero seguir haciendo si me dan una oportunidad de hacer una segunda, una tercera…), yo todos los días cuando llego por la mañana me presento y doy los buenos días a todo el mundo. Y cuando termina el rodaje, yo sé que estamos todos muy cansados, pero te despides de todo el mundo, les das las gracias por su maravilloso trabajo y hasta mañana. Y así todo el mundo contento, no hay nadie menos importante que nadie, da igual que lleves los cafés, que pongas las sillas o que seas un eléctrico. Todo el mundo está remando a favor, y esta película es gracias al esfuerzo y trabajo de toda esa gente.
A: Y el respeto que nos teníamos todos por todos. Y lo que ha dicho Bruno es verdad, remamos todos a favor. Se crea un ambiente muy bueno, complicado en muchas ocasiones, porque hay momentos del rodaje que no fueron fáciles, pero en ningún momento hubo discusiones, sino que todo el mundo íbamos a tener un buen ambiente y con eso se hacía menos duro, más llevadero. Fue muy bonito, la verdad.
B: Es una peli cruel y violenta hecha desde el amor.

P: Volviendo al tema de que Luger fue complicado de hacer, ¿qué complicaciones tuvisteis? Como tú dices, es un proyecto de pasión, pero es muy complejo hacer una película de acción con un estilo a lo Guy Ritchie o Tarantino, por poner semejantes. Hacer algo así cuesta ‘pasta’ y me pregunto cómo se llevó a cabo el proyecto sin tantos medios como los ejemplos que acabo de poner.
B: Yo cojo y le digo a Irene: “Irene, necesitamos coproducir, necesitamos impulsarlo. Como yo vengo de la webserie, nadie va a tener la confianza como para darme todo el dinero para hacer esta película. Entonces, tenemos que coproducir, ¿qué te parece si nuestra hija va a la universidad pública en vez de a la privada? No pasa nada, ¿sabes? Cogemos todo lo que tenemos, lo metemos en una película”. Así que ha sido una coproducción, nos hemos apoyado en La Dalia, que nos ha puesto a disposición todos los medios a través de Raúl Cerezo para trabajar con los profesionales y poder llevar a cabo esta película. Es una coproducción, no voy a mentir, yo he tenido que coproducir. Soy “coproductor” e Irene es “productora asociada”, pero somos productores, un poco, a la fuerza. Es una labor…
I: Por necesidad.
B: Por necesidad. Es una labor que no me apetece hacer, ni sé hacer, ni tengo nervio, ni la garra para hacerla, pero me he visto forzado.
P: Igual que te has visto forzado a ser productor, a lo largo de tu vida te has visto forzado a cubrir muchos papeles dentro de un rodaje. En Luger eres actor, montador, director, guionista… ¿Cómo es esa experiencia de tocarlo todo? ¿Es indecisión o simplemente te apasiona todo?
I: Hay un poco de ambas, ¿no?
B: Sí, hay un poco de ambas. Tiene una cosa buena y una cosa mala, aunque, bueno, yo creo que al final son todas buenas. El caso es que obviamente, si tú tienes todos esos roles tan importantes dentro de tu proyecto, tú tienes mucho más control sobre el proyecto. Al final lo que importa es que lo que está en papel, la película que tú tienes en la cabeza, y lo que quede, quede lo más parecido. Tú tienes una idea concreta, entonces tienes que estar dispuesto a que eso vaya a ir evolucionando, y tienes que ir adaptándote a la película que va a quedar. Entonces, tener todas esas responsabilidades te permite ir cogiendo todos los flecos, agarrando la película para que quede en donde está. Hay mucha gente que tiene muy clara esta profesión, y luego hay mucha gente que dentro de la profesión tiene muy claro el sector o la parte donde quiere estar. Yo, desde chaval, sabía que me gustaba el cine, pero no sabía exactamente qué parte. Me gustaba mucho la dirección, me gustaba mucho el montaje. El montaje, por ejemplo, también empecé a hacerlo forzadamente, como empezamos todos los cineastas, tenemos que montar nuestras cosas. Al final hice de esa profesión forzosa mi profesión vitalicia. Es lo que más hago, de hecho, dirijo mucho para el montaje. Todo ese tiempo navegando entre hacer esto… Como te dije, yo estoy durante 5 o 6 años dedicado más a la interpretación y al final me encuentro cómodo en la dirección, me encuentro cómodo detrás [de cámara]. La última webserie que hicimos, que es la segunda temporada de A todo riesgo la hice con Ángel [Acero]. Y ese día se lo dije, ¿recuerdas el día que rodamos esa parte de la terapia?
A: Sí, sí.
B: Dije “joder, qué cómodo me he sentido estando detrás y no estando delante”. Entonces el papel que yo interpreto en la película también era porque no tenía casi presupuesto y digo “bueno, si hago yo ese papel me ahorro el presupuesto de un actor”, y como conocía bien todos los papeles, este lo podía hacer. También he sido localizador de la película y he llevado un par de cafés, y me he echado a cargar cosas al camión, da igual. Lo que haga falta.
P: ¿Tenéis futuros proyectos? No te hablo solo de seguir Luger, que a lo mejor también se quiere hacer, sino otros géneros que quieras tocar, ya sea zombis, terror… ¿Qué futuros proyectos tienes?
B: Ahora concretamente no te puedo decir exactamente por cuestiones de confidencialidad. Pero sí, obviamente el propósito de hacer una primera película, sobre todo, poder hacer una segunda y una tercera y una cuarta y una serie y lo que haga falta. Me siento muy cómodo en este género, me siento muy cómodo en la comedia, me gusta mucho el thriller, la acción, pero, si tenemos un proyecto de terror, podría ser una elegante tercera película. Desde que nos conocimos [Ángel y yo] nos enamoramos profesionalmente y quiero que sea mi actor fetiche. Le escribo siempre cosas adaptadas para él.

A: Sí, siempre encuentra una víctima o algo para dármelo, con todo el cariño. Además, me gusta siempre darle las gracias porque tengo la suerte de ser uno para los que escribió este papel, y luchó para que yo lo hiciera, además. Ha sido un verdadero placer porque rodar con él es fácil porque está rodando y está montando, entonces sabe lo que quiere. En el momento en el que lo consigue y lo ve, ya lo tiene, y eso facilita mucho la labor. Te da mucha confianza, mucha tranquilidad, al hacerlo con él. Así que, es un regalo.
B: Hemos trabajado más veces y [Ángel] sabe que yo ruedo para montaje. Es un poquito tortuoso conmigo en ese aspecto: dejo siempre una toma en la que puedes estirar el texto, pero en la siguiente vamos a estar retomando, cortando, “mírame a la derecha”, “di esto”, “repítelo”, “repítelo”, eso es lo que se tiene que montar. Me da igual lo que tú estés sintiendo, lo que importa es lo que sienta el espectador.
A: Claro, pero, si confías y te dejas llevar, el resultado luego se ve y la verdad es que funciona muy bien.
B: Básicamente lo que quiere decir Ángel es “no sabemos qué coño estamos haciendo, pero hagámoslo” y ya luego esto montará, confiad. Esto me decía la productora con los dailies, me decía “¡¿qué coño estáis haciendo con la película?!” Y yo decía “no os preocupéis, ahora no tiene sentido, vale, pero luego lo tendrá”. [Irene], ¿quieres añadir algo más para despedirnos?
I: Que podría haber sido un infierno, porque fueron 20 días de rodaje. Es una peli muy compleja para rodar en 20 días, podría haber sido un infierno para todos y no lo fue. Fue un rodaje muy agradable, creo que todo el mundo estaba muy contento y en gran parte porque estaba muy claro el trabajo. [Bruno], hiciste un gran trabajo previo y lo pasamos bien.
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