Esta noche, comprueba lo que tienes bajo tu cama, el folk-horror acecha

Marina Villalba

Esta tarde del viernes, Ali i Truc acoge No te olvides de aquello que crece bajo tus pies. Estudios de folk-horror desde la contemporaneidad, el nuevo libro editado e introducido por Fran Mateu y Mario-Paul Martínez.

La presentación ha comenzado a las 19:30 horas en la librería Ali i Truc y ha contado con un coloquio con el público, quien ha dialogado con los presentes. Más de cuarenta autores de todo el mundo han contribuido a la escritura de su capítulo en este libro y han estado dos de ellos, más los dos editores, en la librería: Pau Pascual GalbisGiorgia Bertozzi. También han estado presentes Michelle Lucy J. Compans y Ana Tarragó, que participaron en el libro presentado el año pasado, Ciencia y criaturas de lo fantástico.

Tal y como dicen sus autores, este libro es la única compilación disponible de textos de terror rural. Trata desde cómo se desarrolla este subgénero hasta los videojuegos, que muchos actuales trabajan el folk-horror y quieren llevar la cultura a otro nivel. Además, añaden estudios de caso, como el de Ed Gein y su influencia en el cine estadounidense de terror folclórico, y la relevancia y presencia de la naturaleza.

Giorgia Bertozzi ha presentado su tema, lo vegetal en el folk-horror, en el que opta por una división del humano de la naturaleza para sacar lo oculto de la cultura. Destaca que su idea vino de dos formas: la reflexión de la imposibilidad para la mente humana de la comunicación con la naturaleza (o la interpretación de la naturaleza de forma antropocéntrica) y una experiencia de su viaje en una pequeña ciudad de Bélgica en medio del bosque, donde cada vez se aventuraba más al bosque. Esta última razón se debe a la sensación de estar en un lugar inhóspito y con poca presencia humana. Afirma que el folk-horror nos enfrenta a lo que hemos marginado y olvidado y que todo lo abandonado puede venir a por nosotros.

Michelle Lucy J. Compans, aunque ha participado como público, también ha destacado su aportación al nuevo libro. Ella, apasionada de los cómics y el cine, e interesada por la influencia del arte en la perspectiva, ha hablado del folk-horror en el cómic español. Es reciente y con pocos años de ilustración —el cómic más antiguo que ha introducido en su capítulo es Villanueva (Javi de Castro, 2021)— y los temas que ha estudiado son la mención de la España vacía con Villanueva, un pasado no sanado. Concluye que el horror y el monstruo son el pasado del género, que cada imagen es una mención a una tradición y sirven de apoyo visual para su difusión.

Pau Pascual Galbis ha estudiado la etnografía con November (Rainer Sarnet, 2017), la historia de un amor imposible en Estonia junto a una lucha de clases, pues una es campesina y está enamorada de alguien de alto estatus social. Relata miseria y la junta con seres de la mitología ugrofinesa con origen en Siberia. Todo lo mezcla con sátira y humor bajo una tragedia en la fantasía, la suma de la antropología con lo fantástico. Explora los monstruos, los licántropos, los duendes cinéticos y ese amor inverosímil en el que la joven campesina necesita ver a su amado y se convierte en loba.

Ana Tarragó ha reflexionado sobre el rebrote del thriller en España y recuerda el inicio de la sesión con que no hay estudios de folk-horror en el país. Se pregunta cómo es que no se está dejando constancia si aumenta cada vez más. Pone, finalmente, el ejemplo de Cerdita (Carlota Pereda, 2022) como folk-horror español.

En general, se han mencionado muchos ejemplos de este subgénero, como El hombre del mimbre (Robin Hardy, 1973), donde hablaron de la búsqueda del bien para una comunidad, pero que los buscan haciendo el mal; Psicomanía (Don Sharp, 1973), una historia de moteros que paran su trayecto y hacen brujería; La bruma (Elisa Galván, 2022), una novela gráfica donde tres niños intentan sobrevivir en la ciudad de Bruma, una civilización acabada; o Blasphemous (2019), un videojuego popular en Japón que muestra mitos, cultura española y el Barroco. Por último, han recalcado la evolución del folk-horror, que, desde sus inicios en los 70 ha pasado de lo hippie a la modernización en la actualidad.

Después del coloquio y la presentación del libro, a punto de cerrar la librería, se le ha agradecido a Pau Pascual Galbis por su tiempo para hacer una pequeña entrevista. Aquí os la dejamos:

P: Uno de los apartados del libro trata sobre la influencia que ha tenido la vida de un criminal en el cine de folk-horror estadounidense. Estas historias, por muy controversiales que sean, han dejado un importante legado en quienes vieron las producciones. Para hacernos una idea, ¿por qué una vida de crimen e ilegalidad sirve tanto para crear historias? ¿Es el propio miedo de la sociedad lo que las impulsa?

R: Bueno, por vivir un poco en una sociedad limitada, inconscientemente las personas quieren saltar estas normas, estas formas de vivir, que no nos dejan… Seguimos estas pautas y en la vida de ficción tenemos que romperlas. Por eso, ahora en la ficción, como en el folk-horror, se rompen las reglas para poder vivir otras vidas y otras realidades porque estamos reprimidos y no podemos hacer esas vidas. Exactamente, es eso. Entonces, claro, cuanto más rompamos, más interesante es para el jugador. Y luego también, que nos identifiquemos con las historias que contemos, pues hay de todo tipo.

P: Las narraciones mezclan la realidad con lo fantástico. Puede ser una historia de un lugar que existe y que, a partir de ese lugar, la ficción del folk-horror crea la trama. El folclore es la identidad de un lugar y, en el caso de este terror, desde que empezó en Inglaterra, se ha hecho universal. En la Comunidad Valenciana, ¿qué tipo de historias así podemos encontrar?

R: En Elche no tanto, pero en la Comunidad Valenciana hay muchas historias. Milhomes, que son como los monstruos que hay en la mitología valenciana; hay cosas muy extrañas. Hay uno que se mueve como una araña, parece como un yōkai, sí, muy chulo. Espantamaula, milhomes, hay todo un mundo. Uno que se llama Brumota, parecen películas de manga, que se mueven como luces. Hay libros de esos que podéis leer de mitología valenciana. Son más originales porque son historias y un montón de cuentos.

P: Tú has hablado de Valencia, del folclore valenciano. ¿Hay algún elemento común en ese folclore?

R: Sí, bueno, eso son criaturas. Luego, en los cuentos siempre está el tema, por ejemplo, moral. Porque antiguamente se decía que las chicas jóvenes no podían ir de noche, luego aparecería, bueno, como el lobo de Caperucita roja. También existen cuentos para poder, entre comillas, controlar un poco la sociedad. Esos cuentos y leyendas están en todo el mundo. Son moralistas, son de “no hagas esto porque si no…”, y como no había televisión, como no había móvil, se contaba de esta manera, con cuentos para que tú por la noche no salgas a  ver a tu novio porque te podía pasar algo. ¿Había un lobo?

Hay uno que se llama Queixí l’estoneta, que es una chavala que sale por la noche a lavar la ropa porque decía que en la luna llena la ropa es más blanca. Y ve un niño recién nacido, lo coge y, cuando está a punto de cogerlo, nota que tiene unos dientes. Se acerca a los dientes y el recién nacido dice “y también tengo muelas”. Y entonces, pum, desapareció. Luego, ella se asusta, se va a un lavadero y aparece una mujer en medio lavando la ropa. Le dice: “Yo acabo de ver a un niño nacido que tiene unos dientes que son como estos”.

Es un cuento popular de Valencia. Es una especie de diablo. Hay muchos. Hay también en Occitania, en Francia…

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