La fantasía vive entre nosotros (pero sobre todo en el MUFANT)

Zoe Montilla y Héctor Antón

Nosferatu, el Doctor, Superman y Godzilla entran a un bar… Si queréis tener una experiencia fantástica, daos un paseíto hacía Turín (Italia), donde podréis disfrutar de MUFANT, un museo de fantasía y ciencia ficción.

Es recomendable conocer, durante vuestra estancia, a sus directores: Davide Monopoli y Silvia Casolari. “¿Qué tiene que ver esto con FANTAELX?” Pues si hubieras venido a la tercera sesión del Congreso de género fantástico este viernes 29, lo sabrías, pues Davide y Silvia han presentado un análisis sobre las series de fanta-thriller italianas de los setenta.

La charla ha sido muy sustanciosa. Antes de adentrarse en el tema principal de la ponencia, dieron un paso atrás hacia sus referentes principales, como Primo Levi. Este escritor, conocidísimo por sus relatos como Si esto es un hombre o La Tregua, hizo su novela fantástica, Historias Naturales. Este libro recogía breves historias de ficción, algunas con tonos satíricos, otras con tonos realistas: los monstruos fantasiosos sobre los que escribía Levi no diferían demasiado de la realidad que sobrevivió y sufrió durante el Holocausto. Buscando la realidad en el género que la despedaza, han introducido el asunto principal.

Si bien las tramas de televisión de ciencia ficción italiana son, sin duda, un tema de nicho, era clara la constancia de estas en las películas y series de hoy en día. Entre otras comparaciones, La traccia verde (1975) era reminiscente del capítulo “Crocodile” de Black Mirror.

La prensa de FANTAELX y los codirectores del MUFANT han entablado una conversación muy natural que hemos grabado con nuestro “Tele-fono 3000” del futuro:

P: Contadnos sobre el museo MUFANT, ¿de qué se trata?

Silvia: Nuestro museo está en Turín, una ciudad norteña de Italia, cerca de Milán. El museo une ciencia ficción, fantasía y horror gótico de todos los medios, como cómics, cine, series de televisión, videojuegos… Nuestra pasión e interés en la imaginería fantástica nos condujo a abrir un museo —pequeño, pero muy activo— enteramente dedicado a este género.

Davide: Tenemos una misiones secundarias, por ejemplo, por el hecho de que nuestro edificio esté fuera del centro, en la periferia, trabajamos en recalificar el área.

Silvia: Sí, trabajamos con la municipalidad de la ciudad para regenerar la zona.

P: ¿Por qué es importante preservar la historia de la fantasía?

Silvia: Es parte de nuestra cultura. En Italia, históricamente, el primer puesto se le ha dado a la narrativa realista. Pero Italia siempre ha tenido otro tipo de narrativa. Es importante recordar a las personas que no solo tenemos escritores, directores o cuentacuentos de historias realistas, que son importantes, pero no son las únicas.

Davide: También añadiré que es importante esta imaginería nuestra que ha nacido en tiempos modernos. Este mundo se ha creado a finales de los noventa y dura hasta hoy en día: problemas como las relaciones entre seres humanos y máquinas, por ejemplo. Este desajuste que es el principal arquetipo para producir narrativas fantásticas, góticas y de ciencia ficción. Las cuestiones que podrían desarrollarse a partir de estos temas son las mismas que tenemos que gestionar hoy (obviamente, de diferente manera). Así que, en la historia de la ciencia ficción podemos encontrar el presente, como en Il Versificatore escrito por Primo Levi en 1966, que es una muy irónica historia sobre una inteligencia artificial que escribe poemas.

P: Solo hay dos museos de fantasía en Europa, ¿por qué creéis que existen tan pocos museos como el vuestro?

Davide: No está claro, porque hay razones culturales para abrir museos de fantasía y ciencia ficción, por la importancia de este género. Desde Julio Verne, abriéndose paso por el cine y la televisión… Y también puede ser una operación inteligente económicamente. Si alguien decidiese abrir un museo, puede tener por garantizado que el público estaría comprometido, porque hay imaginerías de gran tamaño, ya sea Star Wars, Star Trek, Blade Runner… Así que se cuenta con buen material para atraer a la gente. Pero el motivo por el que no se abren museos debe de ser por una cuestión de medios. Un museo significa guardar la memoria y usarla en la contemporaneidad. Probablemente, este tipo de imágenes podrían ser vistas como “demasiado jóvenes” para tener un museo, pero no estoy seguro.

Silvia: Hay muchos museos de cine en el mundo, en diferentes ciudades existen convenciones de cómic, eventos temporales dedicados a la ciencia ficción, al cosplay, etcétera. Pero, por el momento, hay muy pocos museos, muy pocos espacios permanentes. Hay un asombroso museo del género en Seattle, por si interesa un museo de alto presupuesto.

Davide: Hay cuatro museos en el mundo: dos grandes, uno en Seattle y otro en China (el cual es muy reciente); y luego los museos de los que hemos hablado, el MUFANT…

Silvia: Sí, bueno, somos pequeños, pero hemos hecho muchos eventos, conferencias dedicadas a diferentes temas…

Davide: Puedes dialogar con muchos tipos de grupos, así que puedes conocer sobre temas más “pop” o más ocultos. Considero que esto es muy poderoso: se puede hablar desde Primo Levi hasta Sailor Moon. Nos hace muy feliz poder representar esto, poder ver la imagen de Sailor Moon y Primo Levi juntos.

Silvia: Trabajamos con muchas asociaciones culturales jóvenes: “Doctor Who Italian Fan Club”, “Star Trek Turin Fan Club”, el club de fans del anime Gundam, y muchos más.

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