Luger: la verdadera pistola nazi son los amigos que hicimos por el camino

Zoe Montilla y Coral Maciá (fotografía)

Un canario, un gitano y Bruno Martín entran a un bar. Este domingo, 16 de noviembre, se ha llenado una sala de los cines ABC de l’Aljub de curiosos espectadores con palomitas en mano, todos en búsqueda de una experiencia audiovisual con mucha acción, mucha comedia, muchos tiros, puñaladas, violencia y el poder de la amistad. Por suerte para nosotros, Luger da todo lo pedido.

La sesión de este día ha contado con una breve presentación de Fran Mateu y Mario-Paul Martínez —director y subdirector de FANTAELX, respectivamente—, la proyección del largometraje y un coloquio con el director Bruno Martín, la productora asociada Irene Guerrero y el actor Ángel Acero. Se dice rápido pero cuesta creerlo, FANTAELX ha tenido el honor de dar la bienvenida al productor de Os reviento (2023), actor en series como En fin (2024), Patria (2020), Mambo (2018), y mil cosas más, además de director y montador de varias webseries propias como Aczión y A todo riesgoBruno Martín es un hombre con muchas facetas, pero todas están pulidas.

Luger sigue la historia de… Un polígono, un coche blanco y una pistola usada en Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Rafa y Toni son unos hermanos que trabajan haciendo recados algo ilegales para ganarse la vida, pero aceptan una misión que rápidamente se les tuerce de manera irreversible. Como puede pasarle a cualquiera, una cosa lleva a la otra y terminan siendo cazados por una banda violenta liderada por el nieto de un nazi.

Bruno Martín comenta que sus películas favoritas ocurrían en un día y acababan en polígonos. También es un hecho que la idea de este proyecto empezó con la ilusión de lanzar un mensaje sobre la amistad y lealtad, junto a un pequeño skit en el que dos personajes encontraban una misteriosa caja fuerte y la intentaban vender sin saber qué había dentro. Juntando todas estas ideas se fue formando la película que conocemos como Luger. El ficticio polígono industrial “Santos 117” es parte importante del ambiente de la película: igual que en un folk horror la naturaleza es el monstruo y en el ciberpunk la ciudad es el opresor, en Luger el polígono es la amenaza. La obra te atrapa, literalmente acorralando al espectador en la peor parte de las afueras de una ciudad.

Las inspiraciones son claras: Crank (Brian Taylor, Mark Neveldine, 2006), Collateral (Michael Mann, 2004), Casino Royale (Martin Campbell, 2006), Snatch: cerdos y diamantes (Guy Ritchie, 2000), entre otras. El personaje de Toni (Mario Mayo) recuerda a roles de Jason Statham o Bruce Willis, el arquetipo del bruto con un gran corazón, como Kronk, de El emperador y sus locuras (Mark Dindal, 2000). Por otro lado, Rafa (David Sainz) tiene un rol de “bardo”, una persona listilla y carismática que quita la fachada en momentos de tensión. Sin duda, un dúo dinámico que te hace querer ver más de ellos. Bruno Martín ha dado indicios de posibles precuelas o series basadas en Luger durante el coloquio, así que ese futuro no es tan incierto.

No hay que confundir esta obra con una recopilación de mamporros, macarradas y chistecitos; hay que verla como lo que son: mamporros cuidados, macarradas con corazón y chistecitos enternecedores. Es una película de acción con mucho suspense, tensión, peleas y persecuciones muy satisfactoriamente coreografiadas, y que no son obstruidas sino potenciadas por las escenas de fraternidad, amistad, melancolía por viejos amores, búsqueda del destino de uno mismo y el intento de empezar de nuevo. Narrativamente, uno de los puntos más fuertes de la película es el hecho de que todos los personajes, aunque algunos tengan 30 segundos en pantalla, son humanos. Cada nombre del elenco tiene una personalidad y una historia, lo que es una masterclass en construcción de un ambiente ficticio creíble.

El cast principal está elegido perfectamente, cualquiera diría que los personajes fueron escritos para esos actores —de hecho, ese fue el caso—. El director contó con un equipo más grande para esta producción; sin embargo, hay ciertas cosas que nunca cambian. El actor fetiche de Bruno Martín, Ángel Acero, encarna a Juan naturalmente, al igual que el resto del repertorio de actores, gracias a la visión del director, que, como productor y guionista, tuvo claro desde el primer momento quién se pondría en la piel de quién. 

Este no es el único sentido en el que brilla la película. Cuando el equipo ha revelado durante el coloquio que Bruno trabaja en el rodaje teniendo en cuenta el montaje, todo ha cuadrado en la mente de los presentes. El montaje, como debería ser en casi cualquier obra, es perfectamente natural para el estilo que tiene la película. Trabajar la fotografía y el montaje en la misma cabeza de forma paralela claramente ayuda a conseguir una estética uniforme, un ritmo coherente y, en general, una película que no aburre ni abruma en ningún momento.

Si se busca una película para divertirse, para llorar, o las dos a la vez, o para apreciar el arte cinematográfico, o para básicamente cualquier actividad excepto dormir, Luger es la obra. Pero, si no te ha sido posible acudir a la proyección este domingo, no intentes piratearla: si compras algo robado puedes terminar con una puñalada en el pecho, lo que haría muy difícil poder ver Luger.

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