Cortos competentes clausuran la mañana de la clausura de FANTAELX

Marina Villalba

Este 22 de noviembre, último día de FANTAELX, se han proyectado los últimos cortos a competición, que también contaron con el voto del público, como la tarde del viernes 21. Esta vez, el público ha participado en un sorteo para un cupón en la tienda Cinema Paradiso de Alicante, en la que tres espectadores han ganado.

Antes de proyectar los cortometrajes, algunos directores y equipo de estos han subido al escenario para hablar de sus proyectos y agradecer la acogida.

Algunos de estos cortometrajes han incluido menciones a compositores de música clásica o su música ha sido parte de la propia producción, como Vivaldi, Schubert y la ópera. Esto es digno de mencionar porque un día como el 22 de noviembre se celebra el día de Santa Cecilia, patrona de la música, y es una casualidad que algunos de estos cortos tengan esa característica musical.

Demos, pues, un paso a ver de qué trataron:

Amira, de Javier Yañez Sanz (España)

Amira siempre quiso tocar el violín para la gente de la ciudad, pero más allá de su misteriosa casa, se esconde algo inmenso que no es lo que esperaba. Las velas eligen quién tocará en el concierto. Si fallan el día del concierto, tendrán un final tormentoso causado por alguien que no parece humano. ¿Dónde están? ¿Qué es la ciudad realmente? ¿Qué humanos hay en ese orfanato?

Kore, de Sara Llinares (Alicante)

Este cortometraje, acompañado de Las cuatro estaciones de Vivaldi y basado en el mito de Hades y Perséfone (que cuenta cómo se crearon las estaciones), narra la historia de un chico que, con el paso del tiempo, descubre la verdadera cara de su madre, enfadada porque su hijo no le cuenta nada y llega tarde, y de su novio, que promete cuidarlo, pero acaba no siendo así. Pasan las estaciones y cada escena es algún movimiento de esta famosa obra de Vivaldi.

Prou bé, de Anna Carbonell (España)

Muestra la entrevista de trabajo de dos mujeres que luchan por el mismo puesto en una empresa. A medida que avanza la trama, ambas seleccionadas deben realizar pruebas más y más surrealistas para acceder al puesto de trabajo que tanto desean. El corto, que consta con una estética futurista, es una crítica a la competitividad y las empresas, que piden una sobrecualificación de los empleados y que premian, ante todo, la fidelidad y la desindividualización del trabajador.

Mefisto, de Emma Planchón (Alicante)

Ambientado en una estética vintage, Mefisto cuenta la historia de una madre que ha perdido a su hijo y que años más tarde se encuentra con un adolescente muy parecido a él, de modo que decide acogerlo como su propia madre. La historia resulta en un giro final inesperado que oscurece la historia, convirtiéndose así en una original narración que mezcla terror con algo común como las máquinas arcade.

Hell Troops, de los Gallego Bros (Alicante)

Una lucha entre Exael y Temelchus, un soldado perdido en el purgatorio contra un ángel, que traería a su ejército. Con peleas y estrategias poco lógicas, cambios de música muy contrastados —desde metal, pasando por el rock, hasta el jazz, como principales géneros—, combaten por salir exitosos de esta lucha entre el cielo y el infierno.

Radix, de Anne Breymann (Alemania)

Con tan solo 4 minutos de duración, Radix nos narra la historia de amor de una pareja desde que conocen lo más profundo de su alma, florecen y desvanecen en el viento. La animación en stop-motion es a la par que bonita, inquietante y oscura, no dejando indiferente al espectador.

El mal donat (The evil eye), de Alfons Casal y Hector Mas (Andorra-España)

Catherina es una mujer acusada de brujería en la Andorra del siglo XVI. Magdalena, su hermana, le pide ayuda para que cure a su hijo, que está muy enfermo, pero eso solo alimenta la mirada del pueblo hacia ella como una bruja. Tras un juicio, es torturada y encerrada. En su celda, hay un objeto que le recuerda a su hermana y a todo lo ocurrido, pero esa nostalgia acabaría pronto.

Reflexions, de Zain Mehdee (Alemania)

Una chica comienza a tener alucinaciones con su propio reflejo en los espejos de su casa. Se trata de una mujer que ha perdido el control de su propia mente. El cortometraje crea una fantasía inquietante a través de una escena cotidiana, lo que genera un impacto mucho mayor al espectador.

Simulación 73, de Álex Gil (Alicante)

¿Alguna vez alguien ha pensado que estamos en una simulación y que no somos más que sujetos de prueba? El protagonista de este cortometraje lo sospecha y habla con su pareja, que miente y esconde sus respuestas, solo cuestionando el comportamiento de su novio. Él descubrirá que no es un humano y que ha sido espiado. Después, ya no existe la simulación 73. Todo recuerda al videojuego Expedition 33 y otras historias de eventos cíclicos.

Borbulha, de Fernando Alle (Portugal)

Con una estética inspirada en los años 80 a lo Stranger Things, el cortometraje nos muestra una escena de bullying que termina de lo más inesperada con monstruos, disparos y desmembramientos. Se trata de un terror absurdo que recuerda a Scary Movie y que no ha dejado indiferente al público, que ha reído durante los 5 minutos de duración.

Dagon, de Paolo Gaudio (Italia)

La animación stop motion del cortometraje muestra el desorden de una habitación, reflejo de la vida del protagonista. Cuando él se lanza al vacío por la ventana, unos recuerdos aparecen. Es clara la inmersión en el universo del autor H. P. Lovecraft por las exploraciones e investigaciones que el protagonista hizo hacia una montaña. En ella, un monstruo le esperaba.

Pálpito, de Marisa Crespo y Moisés Romera (España)

Una tarotista tiene un pálpito que la conduce a adentrarse a una escalofriante realidad. Pálpito engancha desde el principio, generando una tensión que no cesa hasta el final del cortometraje. El sonido, la fotografía y un excelente guion defendido con una gran actuación, conduce al público en la resolución del misterio.

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